Tapete de Carreras 2 en 1
Un juego dinámico y visual que despierta el interés de grandes y pequeños. Dos pistas en una para duplicar la emoción… y el aprendizaje.
📍 ¿A partir de qué edad se puede usar?
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Desde los 18 meses, cuando el niño o niña ya puede mantenerse de pie o sentado y mostrar interés por el movimiento de los coches.
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Ideal entre los 2 y 5 años, edad en la que se desarrolla la causa-efecto, la coordinación motriz y el juego simbólico de “carreras”.
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Para los más grandes, se pueden inventar reglas, torneos o competencias para aumentar el desafío.
🧠 ¿Qué habilidades desarrolla?
✔ Coordinación óculo-manual
✔ Motricidad fina y gruesa
✔ Seguimiento visual de objetos
✔ Comprensión de la causa-efecto
✔ Toma de turnos y espera
✔ Lenguaje relacionado con el movimiento, el espacio y el tiempo
✔ Imaginación y juego simbólico (organizar una carrera, un podio, etc.)
🧩 Reglas de juego y variantes
1.
Juego libre (18 meses – 2 años)
Coloca un cochecito en lo alto de la pista y observa cómo desciende. Solo mirar el recorrido puede ser fascinante para los más pequeños.
2.
Carrera de coches (2 – 5 años)
Coloca un coche en cada pista (izquierda y derecha) y suéltalos al mismo tiempo. ¿Cuál llegará primero? Puedes hacer un torneo o campeonato de velocidad.
3.
Turnos y lenguaje (3 años +)
Juega en turnos con otra persona: “Ahora tú, ahora yo”. Puedes agregar lenguaje como: “¿Cuál es más rápido?”, “¿Cuál es el coche rojo?” o “¿Cuántos segundos tarda?”
4.
Desafío de memoria o predicción (4 años +)
Lanza dos coches diferentes y predice cuál ganará. Después intenta recordar resultados anteriores: “La última vez ganó el azul…”
✨ Ideas extra
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Puedes hacer una pequeña zona con pizarra y tiza para anotar los ganadores.
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Decora la pista con washi tapes o papel para simular un circuito o agregar obstáculos de cartón.
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Utiliza la pista como inicio para historias: “Hoy hubo una gran carrera en el Valle Arcoíris…”
💡 Consejo Montessori final
El movimiento repetido y predecible calma el sistema nervioso. Este tipo de juego ayuda al niño a regularse emocionalmente mientras observa y anticipa lo que va a suceder.